Preocupado mientras llegaba Antonia, pensaba la solución a mi problema de agua caliente, la comida estaba casi lista y tenía tiempo suficiente para terminar de alistar los pormenores de mi ansiada visita al mundo del libido.
Eran las 8:30 pm y aun no recibía la visita de mi amigo Miose Kasomarin, había quedado en traerme ese exótico fruto de origen asiático llamado urishnitus, este era un producto autóctono de una tribu nómada llamada Gushenkus, era de color rojo pimentón y tenía una morfología bastante fálica, dentro de sus creencias los Gusenkus creían firmemente que el urishnitus era el canal entre el placer carnal y el placer que se le podía brindar al alma, un intento por trascender la monótona y vacía acción de la reproducción.
Al llegar Antonia, nos abrazamos fuertemente, pues ambos estábamos un poco ansiosos y con cierto miedo y respeto de esta mitica invención indígena, nos sentamos en la sala a conversar un rato mientras llegaba Miose, tomamos algo de vino, y prendimos algo de fuego, las ramas del placer que empezarían a hacer circular la energía de 2 seres que ansiaban penetrar la densa esfera del amor metafísico.
Luego de una corta espera y con un mistisismo increíble llego Miose. Al entrar al iglú descargo un paquete en el que al parecer cargaba la codiciada planta, nos saludamos y Antonia y yo lo invitamos a seguir.
No conto sobre Sudán, país de origen de los gushenkus, y no hizo una breve introducción al mundo del urishnitus, en ella nos conto que la planta había sido diseñada por el gurú de la tribu, este, decía el era un ser mágico, dotado de conocimiento astral e impregnado de una energía capaz de cambiar el mundo, un mundo contaminado de envidias, estereotipos e hipocresías, nos conto que el urishnitus había sido capaz de transformar seres que Vivian en una esfera de espejismos, personas preocupadas por una cascara que ellos denominaba edriator, haciendo referencia a ese vehículo en el que se transporta el alma: el cuerpo.
Culturalmente los Gushenkus creen que el urishnitus es la interfaz para comunicar 2 cuerpos en una sola alma, creen que este producto logra realizar un puente entre los deseos consientes y los fetiches carnales que descansan en el libido, el gurú sustenta que el urishnitus no es más que un canal para volver consientes todos esos deseos en una constante lucha por trascender la vacía y corrupta esfera sexual en la que nos desenvolvemos.
De esta manera y tras esta presentación nos despedimos, Miose cerró la puerta del iglú, y Antonia y yo procedimos a ejecutar nuestras ansias de evolución sexual, nos sentamos en la sala nos abrazamos y tras un proceso riguroso de preparación mordimos el urishnitus.
Luego de un rato y tras seguir quemando las ramas de la energía conseguimos abrir la puerta que este codiciado producto nos mostro. Sentimos un temblor absoluto desde el dedo meñique del pie hasta el último pelo que podamos tener en la cabeza, empezamos a sudar frio, delirando cosas que intentábamos comprender finalmente una fuerte energía nos abrazo derritiendo las paredes del iglú que sirvió como refugio para este deseo de escapar de un mundo confundido entre envidias y criticas estereotipadas. Entramos a un mundo lleno de color, sudor y …. y una muy buena experiencia
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